CRISIS EN LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS
Mg. Meza Salcedo, Américo*
La naturaleza esencial del afán universitario y por tanto la razón de su permanencia constituye, en el fondo, el comienzo perpetuo de un quehacer que retorna, en cada jornada, a sus motivos primeros que son también sus fines últimos. En este sentido, quienes nos reclamamos universitarios estamos llamados a reflexionar sobre los vínculos que nos unen con la institución bajo cuyo signo vivimos y trabajamos, de hacerlo aparecerá para muchos de nosotros una relación de incoherencia por la que la universidad se nos ofrece casi como una segunda naturaleza que nos compromete en buena medida a vivir desarrollándonos en ella, construyéndola, padeciendo con ella, interviniendo en suma- en su existencia.
Pero las universidades del país se encuentran en una situación crítica. En efecto, la ley universitaria 23733 presenta una traba en aspectos de independencia económica y administrativa. Una de las causas de la ineficiencia de las universidades del país es precisamente el diseño legal de su funcionamiento. Por su estructura, constitución, formas de elección, el gobierno que esta ley determina para la universidad peruana, coadyuva a la mala conducción de dichas casas superiores de estudios, alienta o permite manejos políticos de grupos que usualmente deciden su destino. A estos problemas, se suma un nivel académico de mediana calidad. Finalmente, el apoyo del estado es cada vez menor e insuficiente y la colaboración de la sociedad prácticamente nula.
Para que la universidad vuelva a ser públicamente relevante es preciso que, como en otros momentos históricos, responda con originalidad a las necesidades sociales; es decir, se empeñe en conocer profundamente a la sociedad, detectar sus necesidades, debilidades, deseos y ausencias en el área del saber y de la educación, del progreso del conocimiento y de la formación permanente. En este sentido, las universidades, a través de sus autoridades universitarias, deben reexaminar el como cumplir sus finalidades, y definir específicamente para que y como son preparados los estudiantes; cual es el fin, el método, el estilo y los instrumentos de aprendizaje, y que resultados académicos se logra con tales medios.
En consecuencia, la universidad debe volver la mirada a su rol: centro de libre reflexión, familiaridad con el saber, el espacio y la critica rigurosa y de servicio al hombre entendido como una persona y como ser social.
Nuestra perspectiva, es que, un buen gobierno universitario, debe caracterizarse por ser, entre otras cosas participativas, transparentes, rendir cuentas de su gestión. Además ser eficaz y promover el respeto de la ley. Debe adoptar decisiones respecto a las prioridades de su política, y que esta se base en amplios consensos. Precisamente, la poca efectividad de la política académica del gobierno universitario de 1994 a 1999 radicaba en el hecho de que los órganos de gobierno estaban representados por intereses de grupo que se apropiaron de los cargos para realizar actividades en beneficio suyo.
Pensamos que las autoridades universitarias, deben establecer, como primera necesidad, políticas académicas competentes en la formación profesional del estudiante, que lo prepare para rendir activamente en la vida del país y en cualquier espacio laboral. La universidad, asimismo, debe extender su acción educativa a la comunidad, y promover su desarrollo integral, con la participación de los docentes y alumnos. Si un gobierno universitario carece de una política de calidad institucional no estará en condiciones de alcanzar estas metas. Es necesario entonces, que las autoridades universitarias lleguen a repensar sobre el como y para que fortalecer la universidad. La cooperación, entre los actores de la universidad no debe considerarse como un costo que se tiene que pagar, sino como una acción colectiva, necesaria para movilizar los objetivos institucionales. El objetivo debe ser que todos contribuyan con su esfuerzo. No olvidemos que la misión de la universidad es crear, asimilar y difundir el saber a través de la investigación, la enseñanza y la extensión.
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* Docente de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional del Centro del Perú. Estudió maestría en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha Publicado diversos artículos y ensayos en revistas especializadas y participado en seminarios importantes a nivel nacional.
* Docente de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional del Centro del Perú. Estudió maestría en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha Publicado diversos artículos y ensayos en revistas especializadas y participado en seminarios importantes a nivel nacional.